martes, 6 de marzo de 2012

Cuestión de límites

Cuando se contrae una lesión medular se asiste, en la persona del lesionado medular, a una etapa en la que la baja autoestima e inseguridad es lo que más predomina.
Con el tiempo, el l.m. va afirmándose gracias a la rehabilitación logrando, en muchos casos, una autonomía personal que le hace sentirse más capacitado, independiente y seguro.
Algunos lesionados van a necesitar de por vida la ayuda de una tercera persona para realizar sus Actividades de la Vida Diaria (AVD). Más allá del grado de independencia funcional, no obstante, hay lesionados que atribuyen todos sus problemas a la silla de ruedas. Es frecuente que tengan problemas laborales (si pudo retomar su vida laboral), familiares, maritales o parentales como los tiene cualquier persona. Los problemas, los lesionados, tienden a atribuirlos a su lesión, a la "silla". Parece que todo está en función de la misma : si los miran es por la lesión y si no los miran también; si los deja la pareja es por la lesión y si no los dejan, también (es decir, es porque se quedan con ellos por pena). Si el hijo adolescente le pierde el respeto es debido a que está en silla y no tiene autoridad. Si la pareja le es infiel, es a causa también de la lesión.
He observado en los l.m. que están dispuestos a "soportar" todo lo que les echen con tal de no quedarse solos. De este modo, son cómplices de la infidelidad conyugal hasta límites insospechados.
También he percibido el maltrato físico y psicológico. Este maltrato, se ejerce de manera muy sutil debido a la desventaja física y, si cabe, a estar más "pillados" por considerarse sujetos más débiles.
Ya dice Luis Rojas Marcos que el uso intencionado de la violencia constituye una de las armas principales para ejercer dominio o poder sobre otros seres humanos. Y, continúa diciendo, el hogar es el ámbito más privado y próximo que tiene el ser humano y es en la esfera del hogar donde los seres humanos tenemos un alta probabilidad de ser torturados física y emocionalmente por esa persona que, supuestamente, más nos quiere.

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